miércoles, 5 de mayo de 2010

PRETEXTO



EDUCACIÓN Y RELIGIÓN: UN MATRIMONIO POR CONVENIENCIA

Por: Licenciado Andres Arenas.


Mientras que esta cerveza recorre mi garganta y se deposita en mi estómago pensaré que decir en este ensayo; o tendré que esperar a que haga su efecto prometido de inducirme en un paraíso mental de modo que logre desconectarme de la realidad, aquella que se nos muestra en un contexto arreglado y maquinado para hacer de nosotros elementos necesarios para mover el sistema; ese sistema que nos toma en cuenta solo cuando necesita que lo alimentemos, alimento que se da en votos y dinero, y que se nos retribuye en obras, que a la larga son simples cortinas de humo, y en basura espiritual concedida caritativamente por uno de los grandes errores de la historia: la religión. Ahora daré el curso merecido al ensayo y me enfocaré en el tema principal: mi práctica “pedagógica”; no fue el mundo maravilloso que nos pinta la pedagogía del abrazo, pero aprendí algo muy importante que será de vital importancia en mi carrera como docente, la educación es para hacer grandes a las personas y también sirve para controlar a los seres humanos; todo depende de cómo se use esta herramienta y del enfoque que se le asigne.
El conocimiento siempre ha representado ser un arma de doble filo, nos sirve para comprender el contexto, y de maneras creativas cambiarlo dependiendo de cuales sean nuestras necesidades; pero también es efectivo para destruir lo que se nos cruce en la conquista de nuevos mundos. Pero tratemos de verlo de manera que también nos libera de la constante opresión de los tiranos, todo subyace en que las revoluciones se gestan en la necesidad de conocimiento, puesto que la debilidad se mantiene con la ignorancia, no en vano al cristianismo le ha encantado mantener analfabetos a sus fieles para que estos crean que leyendo la biblia se salvarán de los tormentos del infierno y de Satanás; este mercado de almas ofrece una variedad de servicios; por un lado tenemos a Lucifer, le da a las personas lo que la iglesia ha disfrutado por varios siglos: poder, dinero y sexo; en cambio las anacrónicas creencias le ofrecen al público: humillación, pobreza, sangre y tener el cerebro adormecido para no pensar, ya que pensar es pecado, al igual que cuestionar y todo lo que se haga bajo las facultades de la inteligencia.
Pero muchos dirán que las “misiones” católicas trajeron la educación a Colombia, es cierto, puesto que los primeros colegios fueron fundados por comunidades de sacerdotes y monjas; también pretenderán que les demos las gracias por enseñar lo que les convenía, ya que estos no introdujeron los escritores de la ilustración francesa, pues estaban prohibidos en el índice del santo tribunal, al igual que todo lo que valía la pena enseñar. Aunque acepto el hecho de que ellos iniciaron la educación, como también se acepta el hecho de que bajo el gobierno de Hittler se lograron grandes avances en la medicina, puesto que a los nazis no le producían náuseas cercenar una persona mientras estuviera con vida, quiero cuestionar que la educación aún se guarda conservadora a los cambios que requiere el mundo actual; todavía se lesiona indirectamente la personalidad de los jóvenes, para que luego nos preguntemos, ¿por qué se muestran indiferentes?, aún se hacen prohibiciones absurdas referentes a los peinados y accesorios de uso común, que sirven para identificarse con un estilo, con una cultura, y en algunos casos con una ideología; la religión le causó un daño severo a la educación, ya que la usa para su propio beneficio: adoctrinar a sus sirvientes.
Como profesor estoy de acuerdo en que la educación es para liberar al individuo, ofrecerle las herramientas reales de su salvación, permitir que se abran las ventanas verdaderas del conocimiento; pero a mi alrededor me doy cuenta de que estamos siendo usados como unos obreros más del sistema, nos ultrajan queriendo que nos sometamos a leyes irrisorias, con el sentido pleno de dar un buen ejemplo a los demás porque somos maestros; se nos limita pensar, se nos limita cuestionar, síntoma parecido por el cual los herejes eran quemados en la santa inquisición, ese es el regalo que nos dio la religión en la educación; ese regalo lo disfrutamos bajo la suposición de que la educación es laica, pero que aún se orienta bajo doctrinas enfermizas de la fé que moverá montañas, que pensándolo bien, los pobres con mucha fé mueven las montañas donde viven y provocan los deslizamientos. La adecuada educación se logrará el día en que se divorcien la religión y los colegios, porque siempre es probable que los matrimonios por conveniencia terminen muy mal.
Durante siglos, las arcas estatales han sido saqueadas por varias especies de corruptos, entre los que encontramos: la justicia seglar y la justicia divina; dependen de su subsistencia mutua para poder sobrevivir y no terminar siendo aplastados por su enemigo común: el liberalismo, cabe aclarar que algunos se disfrazan de liberales para saquear a sus anchas el erario; no obstante, y después de evitarlo por mucho tiempo, los “servidores” de Dios en la tierra se valieron de la educación para camuflar la introducción de sus ideas, antes lo hacían por medio de homicidios en masa, como ejemplo las cruzadas y lo que ahora llaman evangelización, para estos empresarios de la conciencia se les volvió mas útil “educar” al pueblo luego de habérselo prohibido por muchos siglos; todavía está la materia de religión en el currículo de las instituciones públicas, y aún se hacen misas en honor a la virgen de la ternura o algo así; se hace homenaje a los “santos” evangelizadores que llegaron a América, pero no se cuenta la verdad, y es que nuestros antepasados indígenas fueron obligados a creer, asesinándolos, humillándolos, violándolos bajo el nombre de Dios y con la falsa promesa de una salvación efímera que naufraga en los mares de la “divina ignorancia”.
Esta es la apreciación más sincera de mi práctica integral, una crítica del por qué seguimos sometidos a un sistema que quiere que seamos esclavos del señor, solo para seguir llenando las cuentas del Vaticano, o en el caso de los evangélicos, seguir llenando los bolsillos de su pastor, y sabemos que los pastores son los que conducen a las ovejas a donde él cree conveniente, las cuida, las alimenta y estas a su vez deben darle lana (sinónimo de dinero en México); la civilización continuará su rumbo, y se seguirán impartiendo las bellas reflexiones puritanas antes de cada clase, se seguirán contando en las escuelas las aventuras de los misioneros para llevar el mensaje divino a los siervos de Cristo, ocultando la espada con que mutilaron los sueños de nuestra cultura.
La educación se ve inmersa a seguir en el oscurantismo sin permitirse tomar un respiro para reflexionar de manera coherente y ser libre, por lo menos que podamos ofrecerles a nuestros estudiantes una educación verdadera, que no seamos nosotros los maestros quienes sumerjamos a nuestros alumnos a buscar respuestas inconclusas en la religión, si no, que estas sean encontradas en las ciencias, sin prejuicios sociales ni raciales; no dejemos que nuestros estudiantes sean objeto de juicios fascistas impuestos por las sagrada escritura y sus lineamientos ortodoxos, causantes del derramamiento de la sangre de miles de libre pensadores, cuyo pecado mortal fue el de cuestionar el santo sistema.
El lector se preguntará, ¿qué tiene que ver la educación con la religión?, trataré de resolver su pregunta; como ya lo dije anteriormente la educación es para liberar a las personas; a través de la historia el cristianismo ha tenido un lugar importante en el pedestal del poder, porque los gobernantes han usado a esta con fines de mantener subyugado al pueblo con miedos estúpidos, y a pesar de que ahora somos más modernos, aún sigue teniendo mucha importancia, por lo menos en este país la opinión de la iglesia católica es muy importante, y es tomada en cuenta en decisiones vitales referentes a la situación de orden; como tampoco ha perdido su espacio en la educación, de la cual hemos heredado esa constante búsqueda de uniformidad en los pensamientos juveniles, aunque soy partidario de la disciplina, no por razones militaristas, más bien a razón de que contribuye al buen desenvolvimiento de la clase, permitiendo una agradable enseñanza; pero bien, cuando mezclamos el mito de Dios en la educación contribuimos a seguir alimentando el sistema doctrinario de gobierno-cristianismo, y a que estos continúen succionando como sanguijuelas lo poco que nos queda.
Creo que esa cerveza ya afectó mis neuronas y quiere que vomite mis más crudas opiniones, así como la educación pretende vomitar la inocencia del pueblo, torturado por los fieles esclavos de la iglesia, que creyeron ocultarlo todo con su rérum novarum, y sus concilios ecuménicos, y mientras nosotros los profesores nos sentamos a observar el genocidio mental como el perfecto público de un coliseo romano.


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